TRIGGER WARNING: En este post hablo de mi trastorno alimenticio y entro en algunos detalles. Si crees que leer esto te puede hacer daño en alguna forma, por favor considéralo antes de leerlo.
Mañana, 30 de noviembre se celebra el día internacional contra los trastornos alimenticios. Como alguien que está en un tratamiento contra uno, no puedo hacer menos que escribir algo sobre el tema.
Tenía ganas de que este post fuera súper alegre, muy “miren lo lejos que he llegado”. Pero la verdad es que esta fecha me pilló justo en un momento un poquito difícil.
El año 2015 decidí empezar con un tratamiento por mi trastorno por atracón, por ese entonces la enfermedad tenía el control completo de mi vida.
Yo sé que puede sonar a que estoy exagerando, y que las personas que compartieron conmigo esta etapa probablemente no podían ver el infierno por el que estaba pasando, pero así son los trastornos alimenticios, se esconden bien porque quien los posee en general se avergüenza de ellos.
Tuve que asumir que ya no era una persona funcional y que necesitaba ayuda desesperadamente. No estaba rindiendo en mis estudios, tenía una capacidad de concentración nula, me curaba caleta y tomaba un montón de malas decisiones para evadirme.
Básicamente era un desastre en todos los niveles posibles.
Llegué a un nivel de ansiedad tan grande que hasta sentía que veía las cosas “en tercera persona”, me sentía “fuera de la realidad” y sentía angustia y miedo constantes.
Fue muy difícil, tuve que tomar decisiones duras. Me salí de la U con el pretexto de estudiar para la PSU y cambiarme de carrera, pero en el fondo de mi corazón sabía que necesitaba un descanso para poder sanarme y dedicarme a mi tratamiento al 100%.
Y aunque a largo plazo fue una decisión acertada, salirme de la U significó quedarme sola con mis demonios. Dejé de ver a mis amigos de Antropo, y los de toda la vida estaban en Viña.
Afortunadamente mi mamá y mi pololo me apoyaron muchísimo. Mi papá, la verdad, nunca entendió bien, pero a su modo siempre estuvo ahí.
Pero aún así, me sentí profundamente sola y la verdad, es que estaba muerta de miedo por todos los cambios gigantes que tenía que hacer.
Porque al final, aunque se sufre un montón, siempre hay cierta “comodidad” en el trastorno, el “prefiero quedarme aquí antes de mejorar y recaer”.
Pero gracias a mi tratamiento empecé a mejorarme, tuve la suerte de que me asignaran a la mejor psicóloga que me pudo haber tocado (si estás leyendo esto, de verdad lo pienso, y lo digo muy en serio💕) y de a poco me empecé a reencontrar conmigo misma.
Empecé de a poco a recordar lo que era vivir sin un trastorno alimenticio. Volví a escribir, y tuve un blog (he tenido como mil jeje) en el que escribí un montón sobre mi recuperación, eso también me ayudó mucho.
Pero la recuperación no es lineal.
Está llena de giros, de cambios, de emociones intensas, usualmente ocultas por mucho tiempo y que vuelven con una fuerza enorme. Y sí, también de recaídas, que al final son casi inevitables.
Y cuando recién empecé mi tratamiento me costó mucho aceptar eso.
Tuve que aceptar que a veces iba a fallar, y tuve que aprender a dejar ir.
Estas son las dos cosas que se me hicieron más difíciles, y a la vez las más importantes.
Aceptar que iba a fallar, porque no hay nadie en este planeta que no cometa errores. Porque la perfección no existe.
Porque exigirme no fallar nunca es algo cruel y poco realista. Tuve que aceptar que no se puede estar feliz todo el tiempo, que al final soy un ser humano y no una máquina.
Que las cosas tienen matices y nada realmente es blanco o negro.
Aprender a dejar ir (cosa que todavía me cuesta a veces), porque hay situaciones, personas, hábitos, y hasta creencias que nos hacen daño, o que simplemente no funcionan.
Dejar ir mi forma compulsiva de comer que sólo me alejaba de enfrentar mis problemas de fondo.
Dejar ir la creencia profundamente arraigada de que tenía que bajar de peso para quererme, para ser válida.
Yo creía que me iba a tener que esforzar unos pocos meses y que después de eso iba a salir “como nueva”, sin rastros de mi desorden alimenticio, ni de mis angustias.
Pero no funciona así.
Han pasado más o menos dos años y medio. Y aquí sigo dando la pelea de una forma cotidiana.
Se ha hecho mucho más fácil con el tiempo, de hecho a veces tengo períodos fáciles, en los que hacer lo que tengo que hacer no es un mayor esfuerzo, pero otras veces tengo días o semanas difíciles.
A veces todavía tengo que esforzarme por no contar calorías, por no comparar mi cuerpo con el de otras personas, por ignorar esos pensamientos que me dicen “qué ganas de pesar 10 kilos menos” o alguna estupidez de ese estilo.
Otras veces tengo que pelearle a la ansiedad porque comer chocolate hasta reventarse el estómago tampoco es algo particulamente sano. Otros días me cuesta un mundo levantarme y a veces incluso no puedo hacerlo.
Es una pelea desgastante, cotidiana, que me quita un montón de energía.
Pero sobretodo es una pelea silenciosa.
Una lucha que nadie ve, de la que nadie es consciente y que nadie dimensiona. Y no lo digo como “sOy TaN pRoFuNdA e iNcoOMpRENdiDa PovRe De MÍ Voy A EsCuCHar CrEEp lEYenDO a LoS pOeTas mAlDiToS“.
Lo digo porque no hay suficiente información del tema.
Porque de trastornos alimenticios casi no se habla. Y de los trastornos que no son anorexia o bulimia, se habla menos todavía.
¿Trastorno por atracón? ¿OSFED? ¿Ortorexia? ¿Diabulimia?
¿Qué es eso? ¿Se come?
(Sí, supongo que se come un poco)
(Mala broma)
Pero los trastornos alimenticios son COMUNES, y el trastorno por atracón, o la “ansiedad por comer”, está en todos lados. Si no has sufrido algo así, te aseguro que conoces a alguien que sí.
Y al final, es por eso que hablo tanto de mi experiencia personal. Sí, por una parte me hace bien exteriorizarlo, pero también siento que si yo me atrevo a hablar, estoy contribuyendo aunque sea un poquito en que otros también lo hagan.
En que otros sepan que no están solos viviendo esto. Que no son bichos raros, que esto es una enfermedad y que tiene tratamiento.
Y sobretodo que aunque sea muy, muy duro, la libertad de dejar una enfermedad así atrás, es maravillosa y vale completamente la pena.
Incluso en los días más difíciles, siempre voy a escoger luchar por recuperarme antes que recaer.
Porque hasta un día difícil dando la pelea es mejor que un día “fácil” sin darla.
Resumen: es difícil, pero de verdad, de verdad, se puede.
(Fue un post darks, pero igual terminó bonito)
Si te gustó este textito, si te sirvió de algo, si te dio rabia o pena, o si te produjo cualquier cosa destacable te invito a que me dejes un comentario aquí abajito, no necesitas registrarte 🙂
Gracias por leer.
Te admiro y te quiero con lo más profundo de mi alma, lo siento si no estuve ahí o te fallé o te hice daño en algún momento. Me siento feliz al leer esto y saber que de a poco vas saliendo de este maldito transtorno.
ya te lo dije todo por interno, pero aún así, muchas gracias por estar siempre ahí <3 no pienses que me fallaste, no me fallaste para nada
gracias por contar tu historia <3 haces que me sienta comprendida.
Gracias a ti por leer! Estos comentarios me alegran el día <3 o bueno, la noche jaja
Hola, te agradezco enormemente tu testimonio , no sabes como me identifico con este relato y me gustaria conocer mas sobre tu proceso de sanación. Creo que lo necesito.
Hola <3 primero que todo, gracias por comentarme. Por una parte me alegro de que leer esto te haya servido de algo y por otra me da pena que algo tan terrible nos conecte. Probablemente escriba más cositas sobre este tema y el proceso de recuperación, pero si quieres hablar conmigo, me puedes encontrar en mi instagram @frompoltoyou o me puedes escribir un mail a frompoltoyou@gmail.com
Un abrazo, y espero que estés bien
Pol
Animo y garra para cada dia! Es dificil, pero llevas mucho camino avanzado. Todas mis energias para ti.
Gracias por leer y por comentar! La verdad es que hay días buenos y días malos, pero al final es una batalla cotidiana.
Yo también te mando mis buenas energías <3
Pol
Ánimo en toda tu lucha, al leerte veo que ya estás ganando la pelea con la enfermedad.
Me pareció excelente tu relato es tan real la lucha día a día cuesta, pero nos volvemos a parar.
Yo pasé por eso más de 30 años periodos en que el león dormía (transt. Alimentario) y era muy feliz y otros que no. No se lo contaba a nadie por miedo y en la época no se sabía mucho.
Ahora con 50 años puedo decir que hace 5 estoy bien y feliz gracias a mi psiquiatra y psicóloga.
❤
Muchas gracias por tu comentario y por tus buenos deseos <3. Te entiendo un montón, estas enfermedades son así, súper cíclicas. A veces están más "latentes" y otras veces muy activas, pero gracias a especialistas podemos hacer enormes mejoras. Debe haber sido terrible vivirlo cuando no se sabía mucho del tema, sin tratamiento yo honestamente no sé cómo lo habría hecho…
Un abrazo!
Pol
Hola linda lo lei con mucho temor, pena y al final me hizo sentir ke puedo salir de la anorexia nerviosa tengo 37 años y ya estoy dando la peles despues de haber estado hospitalizada en Septiembre por intento de suicidio ya no podia mas y fue mi grito de auxilio hay al ver ke Dios me dio la ultima oportunidad decidi dar la pelea para ke mis 3 hijos (17, 13 y 3 años y 6 meses) tengan mamá hasta viejita y seguir al lado de mi gran compañero de vida mi esposo ke nunca ha bajado los brazos por ayudarme a luchar…
Claudia, que fuerte lo que has vivido. La verdad es que me apena que tengamos este sufrimiento en común, pero me da ánimos saber que mi post te sirvió de algo.
Me alegro un montón de que hayas encontrado las fuerzas para dar la pelea contra esta enfermedad tan terrible. Te mando todas mis buenas vibras.
Apóyate en los que te quieren y no tengas miedo de pedir ayuda, porque no estás sola.
Un abrazo,
Pol
Es un honor leerte ,eres muy valiente te felicito ,los trastornos alimenticios no son bien comprendidos por la sociedad ,muy lindo tu post me emociona leerte ,tengo a mi hijo con Anorexia ,altos y bajos ,avances y retrocesos de ya casi hace tres años ,pero vamos avanzado ,eres de mucho aliento para los jóvenes que están pasando por esto ,te felicito y sigue adelante un pasó a la vez ,vamos que se puede
Qué terrible debe ser ver a un ser amado sufrir por algo así, sobretodo porque es muy difícil saber qué hacer, y cómo tratar a esa persona. Es un camino duro y tal como dices, con altos y bajos, pero definitivamente hay vida después de un trastorno alimenticio. Superarlo es posible.
Muchas gracias por tus felicitaciones, las aprecio un montón.
Te mando un abrazo gigante a la distancia, y fuerzas para enfrentar la enfermedad de tu hijo.
Pol
Paula, aunque publicaste este post hace tiempo (y lo publicitaste), me interesaba demasiado leerlo pero soy harto pajera para leer jiji Muy valiente eres hermosa <3 me banco tu bandera de lucha contra los atracones y la ansiedad porque yo también sufrí con trastornos alimenticios (en mi caso la bulimia x_x), y por lo mismo entiendo mucho que en verdad estás constantemente luchando con los estándares del ser más flaca, comparándose y torturándose con un ideal de mierda que nadie cumple. Eso, eris hermosa y te banco un montón 🙂
Coni, muchas gracias por pasarte por mi blog y por leer, lo aprecio un montón <3. Qué lata haber tenido esto en común, pero se puede estar mejor, y mientras más se hable del tema, menos tabú y más personas se van a atrever a buscar tratamiento.
Un abrazo grande!
Tuve anorexia y actualmente tengo trastorno por atracón y bulimia.
Leer esto me hizo muy bien. Me encantaría conversar contigo sobre cómo pudiste recuperar tu autoestima ya que a mí me cuesta mucho. Mucha suerte y te deseo lo mejor!!
Lamento mucho que hayas pasado por la anorexia y que sigas sufriendo por culpa de un TCA. Es realmente terrible. Si quieres puedes escribirme a frompoltoyou@gmail.com o me puedes contactar por direct en mi instagram.
Un abrazo!
Cada palabra que leo me hace sentir identificada.. yo hacen 5 años que estoy luchando contra el trastorno de MYE… ojalá lo conozcas. Es terrible! Y es cierto que para dar pelea es necesario hablar pero lo más importante es tener gente que te apoye y acompañe. Por suerte mi familia en ese sentido es increíble, el único problema es que finalmente es una lucha interior (tu mamá o hermanos no pueden meterse en tu cabeza y sacar los demonios), por lo que es totalmente necesaria la ayuda profesional, ya que la familia ayuda como puede y luego hay un punto en el que mentalmente hay que usar otras técnicas.. lamentablemente en ese entido no he podido encontrar a la persona correcta (psicologos, consejeros espirituales, etc.. no han podido lograr entrear a la pelea conmigo (yo no me he sentido lo suficientemente cómoda para permitírselos). Es por esto que me gustaría y agradecería con todo el corazón si me das el contacto de la psicóloga que te ha ayudado en esto. Quiero ser FELIZ DE VERDAD (Y no a ratos o a costa de tanto esfuerzo).
Un gran abrazo y estaré esperando atentisima tu respuesta. Besos linda!