¿Cuándo fue la última vez que pensé “uy qué entretenido, voy a sentarme a escribir para mi blog”?
Ni siquiera me acuerdo.
Es que ¿escribir qué? ¿para quién? ¿escribir para que nadie me lea? ¿escribir para que esa única persona que se suscribió a mi blog justo se pregunte “¿que será de la Pol?” (¿eso pasa? al menos yo sí lo hago) y venga a mirar si he escrito algo en estos últimos 5 años? ¿Si ha valido la pena seguir pagando por este blog…?
¿Y que quede como: qué chota pasó acá?
??????
Uuuuuuuuuy~ ¡miren lo exitosa que soy!
O quizás uffff ¡la he tenido tan difícil! ¡¡¡soy taaaan fuerte!!!
Pero que no lo diga yo, díganmelo ustedes.
¿Fishing for compliments?
Como sea, llega el inusitado momento en el que me encuentro vistiendo la pijama, comiéndome una grotesca trufa en la cocina de mi casa y entonces, inesperadamente, causándome sorpresa, detrás mío comienza a centellear, repentinamente, una luz que no veía hace mucho, mucho tiempo. Me volteo justo para observar cómo, titilando, se materializa delante mío una mujer, digo, una chica, en sus veintitantos, con unos lentes de marco grueso y un messy bun que pareciera estar al movimiento de una brisa perpetuamente perpetua que lo revuelve. Porta bajo su brazo izquierdo un computador portátil y en su mano derecha, una taza, de mármol, que incluye la leyenda “but first, coffe!”. Su polera estampada con una cabina telefónica roja inglesa matches su cardigan color burgundy.
Esta dama no es nada más ni nada menos que Lady Blogging. Y vaya, hace tiempo que no la veía.
– ¿L-lady Blogging? ¿Is it y-you? – Le pregunto, mientras siento como el aire que compartimos se hace más delgado.
Sus palabras etéreas son irreproducibles, pero dejémoslo en que ocurrió en cuatro (posibles) actos.
Nos reencontramos.
Nos peleamos.
Nos sinceramos.
Maybe nos besamos.
– Y la próxima vez saldré del lado derecho de tu cabeza. Just kidding. – me amenaza, traviesa, justo antes de volver a desaparecer desde donde vino.
Y así es como me hallo aquí, frente a mi computador, confundida y casi habiendo olvidado cómo se escribía en español, tipeando para esta vieja amalgama de emociones y códigos que es mi blog.
Okay, that was fun.
Based on the language the author has employed in their text, it can be argued that they are attempting to conduct an implicit discussion about ego traps related to writing and publishing on the internet. There is no clear evidence of the author planning to continue to utilize virtual platforms as the main means for writing any kinds of text. It can be ultimately labelled as thought provoking that the last statement the author chose to include in their work was the sentence “Okay, that was fun” since it not only shows a performative element intended to work as a concluding point of the prose, but also a hint of the fun involved in writing freely and creatively opposed to writing with the hopes of growing a large base of followers.