Crónicas de Duelo #5 – neblina

de a poquito empiezo a ver pequeños destellos de la persona que era antes de que se muriera mi papá.

la realidad se va asentando, y aunque cuando mi celular vibra a veces todavía espero que la llamada sea suya, voy aceptando el hecho.

van pasando más semanas entre los whatsapps que le mando,

(y quedan para siempre con un sólo ticket)

me empiezo a aprender de memoria los mensajes de voz que me quedaron,

hoy no quiero escuchar algo tan serio, quiero una conversación ligera,

las que eran de todos los días.

acá se ríe. acá me pregunta por los perritos vecinos. acá esta enojado porque no le contesté

(estaba en clases)

me cuesta empatizar con la Paula que se enojaba con él,

con la Paula que se demoraba en llamarlo,

la Paula que perdía la paciencia.

me voy convirtiendo en una Paula media malcriadora,

déjalo con sus mañas nomás.

en mi cabeza, lo llamo veinte veces al día,

y le horneo queques y galletas,

sin fingir que no hacerlo tiene utilidad,

ahora entiendo lo que necesita,

más de lo que necesito yo.

(pero no lo puedo hacer muy seguido,

porque entonces se vuelve a morir ayer

y el mundo sigue,

y yo no puedo pagar que se vuelva a morir ayer)

han pasado un año y cinco meses, y aparecen pequeños destellos de la persona que era antes de que se muriera mi papá.

siento pequeños golpes de ambición,

me brota energía de la nada,

¡¡verdad que estaba motivada!!

¡¡verdad que despertaba contenta!!

¡¡verdad que corría la extra mile!!

por diversión

y después veo una ilustración de una familia de chanchitos

y salgo a sollozar al pasillo de la U.

y por más que lo quisiera, ya no soy esa persona.

hay una sensación de pena permanente.

fragilidad permanente.

cansancio permanente.

nostalgia permanente.

cariño permanente.

duelo permanente.

como si hasta mis momentos de mayor alegría tuvieran algo de neblina

¿Chancho,

qué pensarías?

¿te alegrarías?

¿¿¿te reirías???

(y casi puedo sentir que se está riendo de mí,

yo también me estaría riendo)

vamos a ver si aprendo a estar contenta en este nuevo mundo,

con todo y neblina,

a ver algún día me trae algo más que dolor.

pero si te soy muy sincera,

casi casi empiezo a creer

que a veces viene,

increíblemente,

con un tono de serenidad

(y quizás incluso,

ocasionalmente,

con una pizca de felicidad)



2 thoughts on “Crónicas de Duelo #5 – neblina”

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *